
Esta película, dirigida por Kirk Kendrick, posee una calidad cinematográfica aceptable. Sin embargo, por lo que destaca es por un contenido muy profundo y que merece la pena ver. El filme, no fue realizado pensando en participar en los oscar, ni esperando ganar un premio en Cannes o en Berlín. Es más, creo que ni siquiera fue pensada para competir en nada. Fue hecha con un austero presupuesto en el que abundaron las donaciones. No tiene grandes nombres en su reparto ni descollantes actuaciones, y estéticamente, no ofrece nada suficiente bueno como para convertirse en una gran obra, cinematográficamente hablando.
Sin embargo, quedé encantado con la valiosa propuesta que plantea como alternativa para salvar la vida de pareja. Es un plan, denominado El Reto del Amor, de orden psicológico, espiritual y práctico, que podría ayudarnos a salir de la oscuridad si decidiésemos asumirlo como experiencia de vida… y si la oportunidad de acceder a este conocimiento llega a ti, es evidente que ya estás preparado para hacer el ejercicio. No vayas a perder esta grandiosa oportunidad de reencontrarte con la paz y la alegría, pues, no es otra pareja lo que nos hace falta, es otro comportamiento y un mayor entendimiento.
“PRUEBA DE FUEGO”, contiene un verdadero ejemplo de lo que es un buen padre. Un padre quien, tras haber superado él mismo una profunda crisis en la relación con su esposa, siente que es ahora su hijo Caleb quien debe recibir aquel plan para que enfrente, constructivamente, la crítica etapa que sufre con su compañera. El reto no es simple, implica compromiso, perseverancia, resistencia, superación de obstáculos y de aparentes derrotas; dar mucho más de lo que siempre has dado; no compromete los sentimientos sino las decisiones; no busca recompensas sino el ejercicio del ser y, por encima de todo, es una experiencia de AMOR.
Se ofrece pues, como buena ocasión para revisar si lo que, hasta ahora llamamos amor, no es quizás otra cosa.En este sentido, este es un filme imprescindible, maduro y lúcido. Probablemente, no se hará merecedor de ningún premio en festivales, pero podemos darle, en el feliz anonimato, el más dulce de los regalos: convertir nuestra vida de pareja en una experiencia feliz.
Cicerón
No hay comentarios:
Publicar un comentario