
"Vivo para escribir. Pero escribo para mí mismo y para mi propia satisfacción. No publicar me reporta una maravillosa sensación de paz. Publicar es una terrible invasión de mi privacidad", confesó en una ocasión. Ese era Salinger. No había más. Lo demás eran adornos.
El excéntrico escritor, conocido en el mundo entero por su gran obra "El guardían entre el centeno", falleció ayer por causas naturales en su casa, de Cornish (New Hampshire), en la que vívía casi recluido.
Platón
No hay comentarios:
Publicar un comentario