
Un día tuve un sueño, un sueño de libertad, esperanza y justicia, en ese sueño se veía a los niños jugando alegremente en un parque; un sueño en el que ya no había aborto, donde prevalecía la vida sobre todo lo demás, donde no se cuestionaba si un feto era una persona o no, donde la gente no se preguntaba como podía ser que se asesinara a los seres más inocentes, o que algunas personas pudiesen tener un negocio que aporta una gran cantidad de dinero dedicándose al asesinato o donde no se adornaban palabras como aborto con “derecho de la mujer”.
Por desgracia todas estas cosas ocurren hoy en día, aunque algunos quieran cerrar los ojos y mirar para otro lado sin querer reconocer la verdad, que hay niños asesinados injustamente mientras sus verdugos viven sin su justo castigo; cifras increíbles de dinero gracias al negocio de la muerte. El resultado de todo esto son 110.000 niños que no podrán reir, ni jugar, que no podrán disfrutar de la vida ni aprender las lecciones que esta da. Todo esto gracias a ese “derecho de la mujer”.
Este es el motivo de mi artículo, alzar mi voz junto a la de otras personas, por la vida, para abogar por los que no pueden defenderse, por los que no pueden luchar por sus derechos, esos niños asesinados a los que les han arrancado la vida, una vida que nadie tiene derecho a sesgar.
Pero yo tengo esperanza… esperanza en que el aborto se acabe, esperanza en que llegue un dia en el que con lagrimas en los ojos y el corazón encogido lloremos a esos niños a los que les fue arrancada la vida pero nos alegremos por los que si pueden vivir gracias a la ilegalización del aborto.
La esperanza es lo único que no se pierde… y seguiremos teniendo esperanza en que ese sueño se haga realidad ya que debemos perseguir los sueños en los que creemos. Y hasta que se cumpla seguiremos alzando la voz al son del grito ¡Si a la vida! Un si a todos esos niños aunque haya personas que lo den por imposible, no es así, siempre habrá personas dispuestas a cambiar esta situación y el día de cambiar es hoy.
Puede que un día no haya porque gritar ya que se habrá acabado este genocidio, pero ese dia no será hoy… No, hoy le decimos no al aborto y si a la vida, hoy le plantamos cara a los verdugos sin castigo y decimos no a la cultura de la muerte, hoy gritamos ¡Viva la vida!
Cicerón